Transilvania es una de las regiones más famosas de Rumanía, e incluso de todo el mundo. Pero este protagonismo no se lo dan sus rincones, sino por uno de los personajes más famosos de la literatura: Drácula. Si bien es cierto que el célebre vampiro es un personaje clave de la cultura, Transilvania también es un destino clave por méritos propios.
Castillo de Peles
Un castillo de más de 3.000 metros cuadrados, 170 habitaciones y más de 4.000 armas de colección del rey Carol I, el dueño del castillo. Esta maravilla fue construida entre 1873 y 1914 y fue el primer castillo de Europa en tener calefacción y electricidad. Actualmente es un museo y se puede visitar al completo.
Los Cárpatos
Lógicamente, si alguien visita Transilvania tiene que descubrir los Cárpatos, la segunda cordillera más larga de Europa tras los Alpes. Además, Rumanía es el país con más bosques vírgenes de Europa después de Rusia y alberga la mayor concentración de lobos, osos pardos y linces del mundo.
Sighisoara
Cuentan quienes allí han estado que Sighisoara es "una mezcla de callejuelas, pequeñas plazas con mucho encanto, donde es muy agradable perderse durante unos días. Para el peatón, ofrece una multitud de recorridos, entre rincones verdes, calles empedradas y sinuosas, casas redondas coloreadas de azul, amarillo, verde o rosa."
Salina Turda
Considerada monumento histórico del condado Cluj, esta salina es otro de los lugares de visita obligada para todo aquel que pase por la ciudad del mismo nombre Cluj, situada al noroeste de la ciudad de Turda. Quienes la visitan cuentan que "se trata de una mina de sal formada hace unos 14 millones de años que ya era explotada por los romanos, que se extiende a lo largo de 45 km2 en el subsuelo, a una profundidad de 1,2 kilómetros (aunque en la visita turística se baja hasta un máximo de 850 metros)"
Carretera Transfagarasan
La Transfagarasan es una de esas carreteras que se disfrutan mientras la recorres. Actualmente no se pueden superar los 40km/h en ella, tiene más de 100 kilómetros de recorrido y pasa por las montañas Fagarasan, en la zona meridional de los Cárpatos. Además, un tramo atraviesa la cascada y el lago Balea, un verdadero espectáculo.
Castillo de Bran
Este es el castillo del que se dice fue residencia del Conde Drácula en las novelas de Bram Stoker. Y es que, en realidad, el castillo de Vlad Draculea, personaje en el que se inspiró Stoker, vivió en el castillo Poenari, cerca de la carretera Transfagaran. El castillo de Bran preside la ciudad del mismo nombre y, aunque no es de los más espectaculares de Rumanía, sí que merece una visita.
El cementerio feliz
Cuando en 1934 Stan Patras comenzó a trabajar en un nuevo cementerio para Sapanta, seguramente no sabía que acabaría creando este famoso lugar. Su idea fue clara: quería que las lápidas de todos los difuntos que descansaban en este cementerio reflejasen partes de su vida, de sus logros. Y así fue como nació el cementerio feliz.
Castillo de Hunyad
Este precioso castillo de estilo gótico fue construido sobre las ruinas de una fortificación que había sobre el río Zlasti. Su entrada es una de las más espectaculares que se pueden encontrar, con un largo recorrido sobre el río. Curiosamente este castillo sí que tiene relación con Vlad Draculea, ya que aquí pasó preso 7 años.