Una ruta de cinco días por los rincones más sorprendentes de esta isla mediterránea: su capital, La Valetta, sus paradisíacos arenales, sus vestigios…
Megalitos, descomunales fortalezas, mazmorras medievales, casitas color ocre, arenales casi vírgenes, trepidantes puertos pesqueros, atardeceres de ensueño y la gruta de Calipso: la isla de Malta remonta su historia a los tiempos mitológicos atrayéndonos con su historia y su verde paisaje salpicado de viejas iglesias de tintineantes campanarios y pequeños pueblos.
Día 1
Este primer día vamos a dedicarlo a visitar la capital de la isla de Malta. En el pasado, por las calles empinadas de La Valetta, su capital, caminaron fenicios, griegos, cartagineses, romanos, bizantinos, árabes y la Orden de San Juan; de ahí que ahora nos encontremos innumerables monumentos como el Palacio del Gran Maestre, actualmente la sede del Parlamento, la catedral de San Juan, erigida a mediados del siglo XVI, y los jardines Upper Barraca.
En la plaza de St Elmo se alza la fortificación de St Elmo que se mantiene en buen estado ya que fue uno de los pocos edificios que se salvó del asedio de mediados del siglo XX. Erigida en 1552 por lo caballeros de la orden de San Juan, esta maravillosa fortificación hoy en día se ha convertido en una academia de policías (visitas los domingos a partir de las 11:00 horas menos en verano, de medianos de julio a finales de septiembre).
De la misma época es la catedral de la ciudad, diseñada por Gerolamo Cassar. Sobresalen su decoración barroca y la colección de pinturas de Caravaggio (horario de visita es de lunes a viernes de 09.30h a 16.30h, los sábados de 09.30h a 12.30h y los domingos está cerrada).
Otro de los edificios religiosos que valen la pena conocer en La Valetta es la catedral de St Paul, con una enorme cúpula y torres desde donde se aprecian unas maravillosas vistas de la ciudad. Fue el primer templo protestante que se erigió en la isla tras la conquista de los británicos.
Día 2
Este segundo día en Malta vale la pena explorar de arriba a abajo Mdina que esconde infinidad de tesoros. La antigua capital maltesa, Mdina, es apodada la Ciudad Silenciosa. Por sus sinuosas callejuelas apenas se aprecian coches ni se escuchan ruidos, para asombro de todos los que nos acercamos a esta ciudad fortificada medieval que conserva suntuosos palacios –muchos levantados en la época aragonesa-, monasterios, iglesias y un museo que expone, principalmente, antigüedades romanas. Y a unos kilómetros de este enclave amurallado nos vamos a topar con Rabat, otro de los atractivos de la isla de Malta que custodia las catacumbas de San Pablo y Santa Ágata, una villa romana e iglesias barrocas. Las catacumbas, que se conservan en muy buen estado, no son tan grandes como las que se erigieron en Roma, pero son igual de interesantes. La de San Pablo contiene alrededor de 30 hipogeos y la de Santa Agatha, a pesar de ser de menor tamaño, aúna 500 hipogeos y una basílica de estilo bizantino y grecorromano (Horario: De lunes a domingo de 09.00- 17.00).
Día 3
De esta ciudad, Rabat, con influencias españolas partimos este tercer día hacia el hipogeo de Hal Saflieni, el único templo subterráneo prehistórico conocido. Se trata de una estructura subterráneo de tres niveles excavada hacia el año 2.500 a.C., con más de veinte cavernas naturales y artificiales y un santuario. Se estima que además de templo también fue una necrópolis. Más al sur nos encontramos la cueva de Għar Dalam (Agujero Oscuro), un lugar con numerosos restos prehistóricos muy importante, ya que es allí donde se descubrió la prueba más antigua del asentamiento humano en Malta, que tuvo lugar hace unos 7.400 años.
Día 4
Ya en el norte, antes de encaminarnos a las otras islas de Malta, está Villa Popeye, una aldea en la que se rodó la película Popeye, adaptación del famoso personaje de cómic. En la actualidad sigue funcionando como un parque temático destinado a toda la familia. Pero no ha sido la única que se ha rodado en esta isla del Mediterráneo. Películas como El Conde de Montecristo, Gladiator, Troya o, más recientemente, Ágora, se han filmado aquí.
Día 5
Este último día vamos a conocer las otras islas de Malta. Entre Malta y Gozo emerge la singular isla de Comino de tan sólo 2,5 km2, en la que sus principales atractivos son una torre vigía hospitalaria y la apacible playa de la Laguna Azul.
Y, por fin, llegamos a la isla de Gozo, en la que aún perduran desde la Edad de Bronce dos templos megalíticos, Ggantija, en pie sin ningún tipo de fijación. De gran interés son también la capital, Victoria, que destaca por su ciudadela que ha sido el centro de la actividad de este lugar desde tiempos prehistóricos, y la fotografiada Gruta Azul, un sistema circundante de cavernas naturales que reflejan los brillantes colores fosforescentes de la flora submarina. Es la más grande y espectacular de las numerosas cuevas del litoral. Situada a unos 30 metros de profundidad, está al sur de Zurrieq. Lanchas de madera que levitan sobre un brillante azul, acantilados, la espuma del mar y los rayos solares completan una postal difícil de olvidar.
Fuente: blogviajescarrefour.com/