Más de cien estudiantes de arte, arquitectura y diseño han construido una ciudad entera de hielo y nieve en un parque capitalino en el marco de un festival juvenil.
Los entusiastas han erigido decenas de recintos glaciales con las más variadas funciones. Así cada visitante puede comprar en una tienda, alojarse en un hotel (de una sola habitación), rezar en una capilla o perderse en un laberinto. Al principio, los organizadores del evento también planeaban hacer una cárcel para los niños traviesos, sin embargo, luego rechazaron la idea al calificarla como "demasiado triste". Aquí además el público puede participar en concursos, recorrer las ferias y asistir a otras actividades. Este ingenio arquitectónico estará abierto hasta principios de marzo.
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