Ruinas de Yonaguni, Japón

Las ruinas de Yonaguni, como son conocidas estas estructuras, están localizadas a los alrededores de la isla del mismo nombre y a 200 metros de la región de Arakawabana. Descubiertas por casualidad por el submarinista japonés Kihachiro Aratake, son consideradas el mayor descubrimiento de los últimos 50 años, pudiendo significar la existencia de una Atlántida japonesa.

Sumergida a varios metros, sigue siendo un misterio el origen de Yonaguni, ya que los historiadores no se ponen de acuerdo si son formaciones naturales o hechas por la mano del hombre. Según su datación, tendrían una antigüedad de aproximadamente 10,000 años, siendo, en caso de ser una construcción artificial, la edificación más antigua de la historia de la humanidad. Tras el terremoto de 1998 se pudieron apreciar nuevas estructuras jamás vistas anteriormente, cuyas formas son similares a los zigurats de Mesopotamia y a las construcciones Incas, con características insospechadas que, según algunos, desmentirían su origen geológico. 

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