Las películas son más reales que la vida
Crece día a día el "turismo cinéfilo", que tiene ya su herramienta enciclopédica de localización en la web.
¿Quién no ha sentido que ya conocía Nueva York gracias al cine de Woody Allen? ¿Quién no se ha acordado de Audrey Hepburn y Gregory Peck en sus Vacaciones en Roma? El turismo cinéfilo se fragua en la red, donde ya tiene un registro enciclopédico en la página movie-locations.com.
Cuando John Huston ambientó los sofocos morales de un sacerdote mujeriego de La noche de la iguana en una recóndita playa mexicana llamada Puerto Vallarta, no sabía que acababa de desvirgar aquel lugar, que desde entonces se convertiría en un codiciado destino turístico.
Basándose en el poder de influencia del cine en las masas, pero conscientes de que hay muchísimos lugares de culto minoritario por explorar, la página movie-locations.com ha puesto a disposición del internauta -e incluso ha editado un libro- una suerte de enciclopedia de enclaves donde se rodaron distintas películas.
¿Un tour por la Nueva Zelanda de El señor de los anillos para las vacaciones de 2011? Allí, incluso han creado el parque Hobbiton para sacar tajada a la multimillonaria trilogía, aunque parece más recomendable ir a los fiordos de Kepler Mire o al monte Sunday como el mismísimo Elijah Frodo Wood.
¿Un recorrido fetichista en el San Francisco que James Stewart recorría tras una enigmática Kim Novak en Vértigo? El párroco de la misión Dolores acabó por quitar la tumba que visitaban en peregrinaje los más fanáticos del filme de Hitchcock.
La página ofrece la posibilidad de buscar de elegir primero el país y luego ver qué películas se rodaron allí y viceversa, así como buscar por actor o director y a veces incluso ofreciendo fotografías del lugar cómo fue rodado y cómo es en realidad.
En Sevilla, por ejemplo, se pueden visitar los sets donde se rodaron películas como Lawrence de Arabia o el Episodio I: La amenaza fantasma, de Star Wars. En el primero, Sevilla fue arabizada. En el segundo, la plaza de España estaba totalmente digitalizada para parecer un lugar de "una galaxia muy lejana".
También se pueden seguir las apocalípticas localizaciones de Blade Runner en Los Ángeles, como el Bradbury Building del centro de Los Ángeles (utilizado en otras películas como Lobo o 500 días juntos) o la Ennis Brown House de Frank Lloyd Wright. La página ofrece las direcciones exactas de ambos lugares.
Más caro sale seguir a Indiana Jones y la última cruzada, pues hay que ir desde el desierto de Utah hasta Petra, pasando por Londres, Granada y Venecia, por no hablar de James Bond o su sustituto, Jason Bourne, que basan gran parte de su éxito en su intriga internacional.
Bien sencillo sería seguir, en cambio, el recorrido de Corre, Lola, Corre por Berlín con más calma que en la frenética película de Tom Twyker, o el Londres del último Sherlock Holmes.
Pero si bien ya muchas guías incluyen el Hotel Hyatt de Tokio para revivir o invocar al romance internacional de Lost In Translation o nadie se le escapa que Cary Grant trepó por las cabezas del Monte Rushmore en Dakota del Sur (EEUU), movie-locations.com ofrece opciones mucho menos obvias.
El talento de Mr. Ripley hacía un deslumbrante recorrido por los pueblos de la costa italiana: Ischia, Procida y Anzio fueron las localizaciones que Anthony Minghella unió con el reguero de sangre vertido por el personaje de Matt Damon.
Para los más curiosos de la técnica, resulta apasionante seguir cómo se las arregló Martin Scorsese para su primoroso retrato del Nueva York de principios de siglo XX en localizaciones como el jardín botánico del Bronx o en la Academia de Música de Philadelphia.
Y, finalmente, la página ofrece recorridos decididamente poco glamourosos. ¿Qué se le ha perdido a un turista en la deprimente localidad de Sheffield en Reino Unido? Siempre habrá algún fan de Full Monty dispuesto a ver dónde hacían la cola del paro a ritmo de Donna Summer Robert Carlyle y sus compañeros de striptease amateur.
Público.es
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