Hasta el próximo ocho de febrero no comienzan los carnavales en Rio de Janeiro, pero los eventos previos ya le dan colorido a las calles. Los turistas que están en la ciudad brasileña pueden disfrutar del generoso aperitivo y hacer más amena la espera.
Cerca de cinco millones de personas participarán en la fiesta. La crisis económica en el exterior ha equiparado el número de visitantes extranjeros y nacionales. A los brasileños, además, les atrae la idea de probar los nuevos alojamientos pensados para los próximos Mundial y Olimpiada.
Es también el momento de los últimos retoques de los vestidos en el Sambódromo. Aquí los visitantes pueden colocarse plumas y purpurina y hacer un intento para probar sus aptitudes como bailarines.
Las autoridades de sanidad ya han comenzado la campaña preventiva de enfermedades de transmisión sexual. En total repartirán casi setenta millones de preservativos en todo el país.
Tras la tragedía de la discoteca de Santa Maria, que acabó con la vida de 236 personas, se han intensificado las revisiones de la seguridad en los locales de ocio. El objetivo es que cada grupo de inspectores examine unos 100 recintos al mes.
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