en nueva york viven más de 8 millones de personas, hay cerca de 50.000 taxis y, con más de 4.500 rascacielos, es la ciudad del mundo con más edificios altos. sin embargo, no siempre fue así: cuando el explorador inglés henry hudson llegó por primera vez a manhattan en 1609 se encontró una isla inhóspita llena de frondosa vegetación cuyos únicos habitantes eran los animales salvajes y los 5.000 miembros de la tribu de los lenape, una de las 564 naciones indígenas de eeuu
cuando llegó la ‘civilización’ la gran manzana era un paraíso natural en el que había 627 especies diferentes de plantas, 233 variedades de pájaros y una biodiversidad por hectárea superior a las de los famosos parques nacionales de yosemite o yellowstone, según afirma el historiador ecologista eric sanderson
en su libro y su web ‘proyecto mannahatta’ (nombre con el que bautizaron al corazón de la actual nueva york los indios lenape y que significa ‘la isla de las colinas’), sanderson asegura que “si hubiera llegado así hasta nuestros días, sería sin duda la auténtica joya de los parques nacionales”
sin embargo, el 24 de mayo de 1626 los colonos holandeses compraron manhattan por sólo 60 florines, lo que hoy equivaldría a menos de 700 euros. la fundación de la ciudad de nueva ámsterdam fue el inicio de un urbanismo imparable que acabo con los osos negros que abundaban en harlem y que transformó el estanque en el que habitaban miles de nutrias y castores en la luminosa times square, el kilómetro cero del turismo de masas que es hoy
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